Rosalind Franklin y la doble hélice

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(Imagen de Rosalind Franklin)

Rosalind Franklin nació el 25 de julio de 1920 en Londres e ingresó en 1938 al Newnham College de la Universidad de Cambridge, y para 1945 obtuvo un doctorado en química en la misma Universidad. Poco después, fue contratada en París como investigadora del Laboratorio Central de Servicios Químicos del Estado, donde demostró experiencia con las técnicas de cristalografía de rayos X y en la obtención e interpretación de imágenes, a partir de las cuales se pudo determinar la estructura molecular de diferentes sustancias.

Franklin había trabajado en la estructura del carbón mineral y del grafito, primero en Inglaterra y luego en París, hacia finales de 1950 arribó a Londres para incorporarse a la Unidad de Biofísica del King’s College. Su primer trabajo consistió en instalar un nuevo equipo de rayos X y mejorar las técnicas para detección de la estructura de fibras de ADN. Fue ahí donde obtuvo patrones de difracción y la imagen más clara obtenida hasta entonces de la molécula de la herencia.

El caso de la fotografía 51

En el año de 1951 Rosalind Franklin, través de la técnica de cristalografía de rayos X pudo explicar la estructura del ADN, dicha técnica consiste en dirigir rayos X a un cristal, estos rayos interactúan con los electrones que rodean a los átomos de la muestra, el haz de rayos que emerge después de esta interacción contiene información acerca de la posición y tipo de átomos que encontró en su recorrido. Los cristales dispersan los haces de rayos X en ciertas direcciones y los amplifican originando un patrón de difracción.

Dicho patrón se puede ver en una placa fotográfica, en la cual Rosalind Franklin apreció líneas y puntos distribuidos en forma radial, le permitió entender el acomodo de las moléculas de un cristal. Gracias a que algunos compuestos orgánicos como el ADN o las proteínas pueden cristalizarse, le fue posible estudiar el ADN con esta técnica, que originalmente está diseñada para cristales inorgánicos. James D. Watson y Francis Crick sabían que Rosalind trabajaba con ADN, y su colega Maurice Wilkins quién les mostró la fotografía junto con el informe que ella había escrito para John Randal, jefe de Franklin y Wilkins.

Los datos en los que se basó el modelo helicoidal de la estructura del ADN, provenían en buena medida de los estudios que Rosalind Franklin realizó.

Sus análisis de difracción de rayos X en fibras de ADN, le llevaron a descubrir la forma B y tras la formulación del modelo de Watson y Crick, se demostró que una doble hélice era consistente con los diagramas de difracción de rayos X de las formas A y B fotografiadas por Rosalind Franklin.

Watson y Crick publicaron en 1953 la descripción de la estructura del ADN y recibieron, junto con Maurice Wilkins, el Premio Nobel en fisiología y medicina en 1962. Pero, Rosalind Franklin, que murió a la edad de 37 años, no recibió el merecido reconocimiento.

Casos como estos han surgido a lo largo de la historia humana, tanto en el ámbito científico como en nuestra misma vida cotidiana y cómo es posible que sigamos permitiendo o consintiendo este tipo de actitudes con nuestro silencio. Cabe cuestionar nuestra ética. ¿Dónde queda esa escala de valores que humanice más al hombre?

Decimos que tenemos una sociedad más equitativa con políticas públicas y organismos internacionales que velan por nuestros intereses de equidad, pero han pasado 65 años de que Rosalind Franklin fotografió el ADN en su forma B y hasta la fecha no se le reconoce como a los grandes de la ciencia Watson, Crick y Wilkins.

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Licenciada en Biología, por la Universidad de Guadalajara. Disfruta de la naturaleza. Actualmente se ha interesado por aspectos ambientales, sobre todo lo que implique la conservación de especies en peligro de extinción (en particular la tortuga marina). Ya que considera que la "Tierra no es herencia de nuestros padres, si no un préstamo a nuestros hijos" por lo tanto es nuestra responsabilidad cuidarla.