Parásito intestinal: Giardia intestinalis

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      Es de interés fundamental conocer una de las principales causas de diarrea en el mundo. Se estima que alrededor de 280 millones de personas al año en el mundo presentan la infección con diarrea crónica causada por Giardia intestinalis. (Ankarklev et al., 2010; Einarsson et al., 2016).

La giardiasis es una enfermedad gastrointestinal en la mayoría de las ocasiones asintomática, de distribución geográfica cosmopolita con mayor incidencia en zonas tropicales y subtropicales, puede presentarse como infección aguda, intermitente y crónica, es causada por Giardia intestinalis (sinónimo: lamblia, duodenalis) y constituye una parasitosis de gran importancia epidemiológica y clínica por su alta prevalencia y patogenicidad, fundamentalmente en la población infantil.

La infección por G. intestinalis se adquiere por la ingestión de quistes o trofozoítos, procedentes de materia fecal. Los trofozoítos es la forma vegetativa y su hábitat es en el intestino delgado, los quistes son la forma infecciosa, responsable de la transmisión del parásito. El período de incubación es de 7 a 14 días y en ocasiones de hasta 45 días, algunos de los síntomas son: diarrea acuosa o pastosa, flatulencias, dolor epigástrico y anorexia. En la mayoría de los casos la infección se resuelve en seis semanas (Einarsson et al., 2016).

El mecanismo de transmisión es fecal-oral directa, es decir, que se produce por la ingesta accidental de quistes presentes en alimentos o agua contaminada con excremento de hospederos infectados o al estar en contacto con alguno de sus reservorios (Figura 1). Se puede transmitir de humano-humano principalmente por una mala higiene, también existe la transmisión por zoonosis de animal-humano. Sus reservorios son: el agua, los alimentos, el humano, el suelo y los fómites (cualquier objeto). (Escobedo et al., 2014).

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Figura 1. Ciclo biológico de Giardia intestinalis (Ankarklev et al., 2010)

Su ciclo de vida es directo, es decir, en un solo hospedador, cuando la persona adquiere el quiste, éste se va directo al duodeno donde la cubierta se disuelve y deja libre al trofozoíto móvil, que, en muchas ocasiones comienza los síntomas o por el contrario es asintomático. Entonces, su propagación se debe principalmente por una mala higiene de la persona infectada, por mencionar algunas razones: cuando van al baño no se lavan bien las manos y están en contacto con alimentos listos para consumo y objetos, los vegetales o frutas que  han sido regadas con aguas residuales contaminadas, en las guarderías es muy común que  los niños se lleven a la boca cualquier tipo de objetos, comparten los materiales, entre otros.

Una de las complicaciones más relevantes de esta infección cuando no ha sido atendida debidamente, es que se desarrolla una inflamación en el intestino delgado que provoca deterioro de la mucosa y tiene como consecuencia que los nutrientes no se absorben al no estar en contacto con está y se le denomina “mala absorción intestinal” ya que se disminuye la superficie de absorción intestina según la extensión del daño a la mucosa.

La forma vegetativa (trofozoíto) no tiene la capacidad de sobrevivir fuera del intestino, solo tiene actividad dentro del hospedador. Los quistes es la forma de resistencia para soportar las condiciones del exterior del intestino, su estructura esta especialmente diseñada para sobrevivir en el suelo, el agua dulce o salada, heces humanas y estiércol, semanas o hasta meses. Su ambiente favorito es el frío y la humedad. Sin embargo, disminuye su sobrevivencia en climas secos y cálidos con temperaturas mayores a 25°C. (Alcaraz et al., 2013)

¿Cómo prevenir? Bueno, como se ha mencionado anteriormente la principal causa de esta infección es la falta de higiene, lo más primordial es lavarse las manos adecuadamente y de manera constante, antes y después de ir al baño. Se debe tener un control higiénico de los alimentos, el agua y los animales, lavar y desinfectar el lugar de trabajo, los objetos, el equipo, los juguetes, etc., tener una adecuada eliminación de las heces, en caso de utilizar estiércol como abono y aguas residuales para riego deberán apegarse a las normas establecidas, tener estricta manipulación de los alimentos, desinfectarlos y cocinarlos de manera adecuada. (INSHT et al., 2016)

Los quistes pueden ser inactivados por algunos métodos relativamente rápidos; en agua a 25°C con cloro a 1.5 mg/L durante 10 minutos. No se recomienda la congelación ya que reduce el número de quistes pero no garantiza su inactivación. (INSHT et al., 2016)

La giardiasis es entonces una enfermedad muy frecuente en todo el mundo, pero la mayoría de las personas no saben a que se debe, lo toman como una simple diarrea, el problema es que, si no es tratada debidamente puede generar una diarrea crónica y con serios problemas intestinales. Por otro lado, las personas infectadas que no tienen un control de higiene establecido van diseminando el parásito por todos lados. Esta infección se presenta con mayor prevalencia en niños, porque se llevan todo a la boca, muchos de ellos no tienen cuidado al ir al baño, juegan en la tierra, están en contacto con los animales y la mayoría conviven en guarderías. Lo más importante es ser cuidadoso con la higiene personal, preocuparte por tu salud y tener educación de limpieza e ir compartiéndola con los demás para mejorar nuestra calidad de vida.