En la actualidad debido a los elevados índices de contaminación, uno de los principales retos para la humanidad es generar alternativas de producción amigables con el medio ambiente. Uno de los enfoques es la creación de biocombustibles que permitan con el paso del tiempo desplazar el uso de los combustibles fósiles como la gasolina, pero que además brinden mejores rendimientos. Un biocombustible se define como un combustible que se produce a partir del uso de materia viva o sus derivados, que puede ser desde la leña o el carbón, hasta el bioetanol, biodiesel o biogas.
Una de las alternativas para generar biocombustibles es a partir de cultivos, en el caso del bioetanol sería maíz, caña o sorgo y para el biodiesel girasol o soja (biocombustible de primera generación). La desventaja de utilizar como materia prima los cultivos de forma directa, es la afectación a la industria alimenticia, por lo que en algunos países no se considera como una alternativa viable, ya que es más importante contar con suficiente alimento para la población, antes de generar energéticos alternativos para contribuir con el entorno.
Sin embargo, existe otra posibilidad para producir este tipo de energéticos, que a partir de residuos industriales, de materia orgánica de desecho (biocombustibles de segunda generación). En este sentido para la producción del bioetanol, se utilizan residuos lignocelulósicos, como son el bagazo de caña, la paja de trigo o el bagazo de agave entre otros. A partir de la degradación de estos residuos se obtienen los azúcares que serán utilizados por microorganismos para producir el etanol que puede ser utilizado como combustible. Este proceso no solo contribuye con la generación de un combustible que genera menos cantidad de emisiones atmosféricas, además se contribuye con el aprovechamiento de residuos contaminantes, ya que la materia prima para este proceso es precisamente los desechos de la industria azucarera o de la industria tequilera por ejemplo.
El bioetanol se presenta como una alternativa para reemplazar a la gasolina que se utiliza en la actualidad, ya que mezclado con la gasolina se convierte en un combustible de alto rendimiento y no se requieren modificaciones en los motores actuales, con la ventaja de reducir de manera significativa las emisiones contaminantes al medio ambiente. La proporción es un 5 % de bioetanol debido a la volatilidad del mismo que en concentraciones mayores podría considerarse un riesgo.
Otra alternativa es la producción de biodiesel, este se produce a partir de aceites vegetales o grasas animales, como los que se pueden obtener a partir de las semillas de girasol. Sin embargo, existe la alternativa de obtenerlo a través de plantas que no se utilizan para la elaboración de alimentos y que además tienen la posibilidad de cultivarse en regiones marginadas, como son aquellas que son hierbas forrajeras. Otra alternativa es su producción a partir de algas con alto contenido de lípidos. El empleo de estas materias primas presenta la desventaja de requerir equipos y procesos más complicados que cuando se hace la extracción a partir de productos alimenticios. El uso de este energético también contribuye con la disminución de emisiones de dióxido de carbono al medio ambiente, además de que tampoco requiere la adaptación de equipos para su empleo.
A partir de la descomposición de la materia orgánica mediante la acción de microorganismos en ausencia de aire es posible producir biogas, el cual está compuesto principalmente por gas metano que funciona como combustible. La materia orgánica pueden ser desechos agrícolas, estiércol, desechos municipales, todo aquello que de origen orgánico, lo cual servirá como alimento de los microorganismos para producir el combustible a partir de su digestión. La producción de biogas tiene como residuo materia que puede ser utilizada como abono, además de que el gas se puede utilizar en hornos, estufas y equipos similares como combustibles, además de en plantas generadoras de energía eléctrica a partir de la combustión. También puede ser empleado en los vehículos que funcionan con gas como combustible.
Los bioenergéticos que aquí se mencionan aún solo son utilizados en algunos países y en la mayoría aún se encuentran en vías de desarrollo, sobre todo aquellos que son generados a partir de diferentes tipos de residuos orgánicos. Un aspecto importante es que debido a que todavía se están desarrollando muchas investigaciones en torno a la aplicación de estos combustibles, la legislación en ocasiones no los contempla o no es muy clara sobre su uso. Por el momento, es una buena alternativa para cuidar el ambiente y que se encuentra en vías de desarrollo, ya que se producen a partir de residuos disminuyendo la acumulación de estos y generado combustibles con menor generación de emisiones.