El tema de la transmisión de la información es esencial para las organizaciones, particularmente para aquellas que la que es prioritario mantener las relaciones duraderas con sus grupos de atención y por lo tanto, pretenden hacer visibles los mensajes relacionados a los valores y principios con los que trabajan y por los cuales apuestan.
Si bien podríamos referirnos a cualquier tipo de organización, en este caso lo haré considerando aquellas vinculadas a la economía social y solidaria.
En estas organizaciones, sobre todo las más pequeñas, es posible encontrar factores que las detienen al transmitir sus mensajes.
Uno de ellos está sentado en lo económico. Por una parte el comunicar información vía tecnología digital requiere de infraestructura, es decir aquella en la que invierten y que instalan los proveedores de servicios de internet; además, el equipo que el usuario debe tener y por lo tanto pagarlo, como es el caso de computadoras, “teléfonos inteligentes” o smarth phones, o en general cualquier dispositivo de acceso; y claro, el pago por el servicio de acceso a internet.
Otra dificultad suele ser la falta de conocimientos y habilidades, los cuales podrían ser especializados y/o básicos para el acceso y manejo de plataformas digitales que permitan la comunicación. Entre estas habilidades están las necesarias para la creación de contenidos que logren ser atractivos para los públicos a los que se dirigen.
Una más, y sin afán de agotarlas, suele ser la “fetichización” de la tecnología, es decir, creer que por el simple acceso a la tecnología se darán las relaciones necesarias para el sostenimiento de una organización o cooperativa. Dicho de otra manera la incorporación de tecnología no dará buenos resultados con una mala gestión de la misma.
Aun ante estas circunstancias, las organizaciones suelen buscar presencia en este tipo de medios y particularmente en las llamadas redes sociales. No es azaroso ni fuera de lugar en sí mismo, ya que es sabido que la comunicación digital es más inmediata, permite pluralidad de contenidos e incorporación creadores no especializados, los cuales a su vez se retroalimentan de los contenidos de otros creadores. Estas son algunas razones por las que el uso de tecnologías es ya extendido y normalizado por las generaciones más recientes y el acceso a redes sociales cada vez más difundido. Así, estas generaciones o nativos digitales, han impulsado a nuevos usuarios que no habían normalizado el uso de esas tecnologías, es decir a los migrantes digitales.
Las organizaciones de economía social y solidaria, toman como instrumento las redes sociales para difundir sus ideas a través de la creación de contenidos con apoyos audiovisuales, pero esta vía será potencialmente benéfica siempre que no sustituya a la comunicación cara a cara, sino que la fortalezca. Lo anterior se debe a que la mayor fuerza e impacto en pro de sus objetivos e idearios se centran en la cercanía y confianza y por tanto en las relaciones directas, que suelen ser más cálidas cuando se realizan personalmente.
La creación de contendidos es imprescindible para estas organizaciones, pero sin duda requieren suficiente calidad para promover la interacción y con ello las posibilidades de difusión de sus mensajes
Algunos aspectos a considerar
Las organizaciones enfocadas a la economía social y solidaria no deben perder de vista la necesidad de acceso a internet de banda ancha y por tanto el pago a los proveedores de dichos servicios, pero esto debe ir de la mano con el impulso a políticas sociales que favorezcan su rápida y eficiente incorporación a la comunicación digital.
También es tarea de las organizaciones formarse o impulsar al interior áreas especializadas a la comunicación, las cuales generen contenidos originales de manera regular para redes sociales (cloud journalism), videos, noticias y en general toda clase de contenidos audiovisuales para la difusión de las actividades enfocadas a la información de sus miembros y a la formación de nuevos públicos y potenciales cooperativistas.
En zonas rurales, donde el acceso a internet no es sencillo por razones de costos e infraestructura, la búsqueda de alianzas con otras organizaciones, gobiernos y empresas, puede facilitar la difusión de sus actividades e incluso la promoción y gestión de equipamiento, infraestructura y capacitación.
La creación y difusión de mensajes debe mantener una base en principios y valores cooperativistas, que sin renunciar a la libertad de contenidos, promuevan la creatividad, y la innovación de procesos y formas de comunicar.
La gestión integral de la comunicación, además, debe acompañarse por una estrategia económica que haga posible la permanencia de estos esfuerzos, para ello existen alternativas como la monetización de contenidos a través de plataformas que lo permiten, la búsqueda de patrocinio por aquellos aliados que puedan aprovechar los contenidos creados, es decir, mirar la creación de contenidos como un servicio; e incluso las formas colectivas de financiamiento a través del crowfunding.
Si bien, nos referimos a organizaciones pequeñas, tanto en número de integrantes como en capital económico, no hay razón para echar en saco roto las virtudes visibles del aprovechamiento de la comunicación vía medios digitales.
Esto requiere repensar (posiblemente reconstruir), prácticas, alianzas y estrategias.