Contar la historia de Mileva Maric es contar también la de Albert Einstein, ya que los postulados y teorías que dieron fama a este científico, son, por lo menos, fruto del trabajo de ambos. La sociedad científica del siglo XX en Alemania, y después la del resto del mundo, le encumbró, pero no son pocos los testimonios y las pruebas documentales que avalan la teoría de una apropiación de la actividad investigadora de Mileva.
Mileva Maric conocida por ser la esposa de Albert Einstein, nace en el año 1875, en Titel, entonces perteneciente al Imperio Austro-Húngaro, la actual Serbia. Su padre Milos Marić trabajaba como oficial en el ejército austrohúngaro y, al percatarse de las dotes para el estudio y el talento matemático de su hija, opta por darle la oportunidad de estudiar en los mejores centros educativos.
Es así como, en el Invierno de 1896 comienza a estudiar matemática y física en Suiza en el Instituto Politécnico de Zúrich, después de que su padre pidiera un permiso especial para que pudiera comenzar este tipo de estudios, ya que las carreras científicas estaban reservadas únicamente para los hombres.
Tiempo después cuando Mileva tenía 21 años, ingresa al politécnico un joven de 17 años que se convertiría en su futuro amor y después en un lastre tanto intelectual como personal; ese joven era el reconocido mundialmente Albert Einstein.
Desde el principio Mileva y Albert se volvieron compañeros inseparables, compartían ideas, notas y estudiaban juntos, además Mileva lo introducía a la vida social y a menudo corregía sus errores matemáticos, correcciones de las cuales ha quedado evidencia en los apuntes de Einstein.
A partir de investigaciones basadas en la correspondencia de Mileva se sabe que esta sentía una gran pasión por conseguir la fundamentación matemática de la transformación de la materia en energía, base de la famosa teoría general de la relatividad de Einstein.
Durante estos años, Mileva presenta su candidatura para la realización de la tesis doctoral al catedrático de Matemáticas y Física Técnica del Instituto Politécnico de Zurich, Heinrich Friedrich Weber. Este acepta la candidatura, habiendo rechazado previamente la de Albert Einstein por no poseer, según Weber, los conocimientos suficientes en la materia. Ante el empeño de Mileva en condicionar su propia participación a la aceptación de Albert, Weber acepta que ambos entraran a formar parte de su equipo investigador. Como señala Djurdjevic (2008), Mileva “había empezado a sacrificar su carrera por amor”. Mileva realizará su tesis doctoral y, años después, lo hará Albert.
En 1903 la pareja decide contraer matrimonio, ya que Einstein había encontrado trabajo en la Oficina de patentes. En 1909 ofrecen a Einstein una plaza de profesor en la Universidad Politécnica de Zurich, y debido a que él no contaba con tiempo, era su esposa la que le preparaba las clases, mientras tenía a su segundo hijo y llevaba la correspondencia de Einstein con otros científicos.
En los años venideros Einstein se distanció de Mileva y de sus hijos. Djurdjevic (2008) nos presenta una carta a Mileva del 14 de abril de 19143, donde Einsten se le dirige así:
“A. Tu debes velar por lo siguiente: 1. Que mi ropa esté limpia y en buen estado, 2. Que cada día esté servido con tres platos en mi habitación, 3. Que tanto mi dormitorio como mi habitación de trabajo estén siempre limpios y, especialmente, que mi escritorio esté solo a mi disposición. B. Tu renunciarás a toda relación personal conmigo, excepto cuando lo requieren los eventos sociales. Particularmente te prohíbo lo siguiente: que esperes cualquier muestra de afecto sobre mi […]”
La aportación de Mileva a las matemáticas y más concretamente a la teoría de la relatividad, es difícil de comprobar, ya que los testimonios escritos han sido, cuando no destruidos, ocultados. Incluso algunas investigaciones afirman que la misteriosamente desaparecida tesis doctoral que Mileva presenta en el año 1901, desarrollaba precisamente las bases de un nuevo planteamiento de la teoría de la relatividad.
Para ser más exactos, las aportaciones de Mileva a las matemáticas se convirtieron más bien en aportaciones al trabajo de Einstein. Se conocen varios artículos, publicados en el año 1905 (conocido como annus mirabilis o año milagroso en la biografía de Einstein) en Annalen der Physik firmados, según asegura el director de la publicación, por Mileva y Einstein.
No es hasta el año 1990, durante un Simposium sobre Einstein, cuando Evan Harris Walter apunta por primera vez, de una manera evidente y pública, la posibilidad de la apropiación por parte de Einstein de las aportaciones a la teoría de la relatividad hechas por su esposa Mileva.
Aunque su reconocimiento haya podido llegar tarde, es importante destacar que cada vez más investigaciones le otorgan la importancia que merece y su nombre está presente dentro del grupo de grandes matemáticos y matemáticas del siglo XX.
Mileva Maric ¿la madre olvidada de la Teoría de la Relatividad?